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REMANSO VALERIO

Soy de la orilla brava, del agua turbia y la correntada Que baja hermosa por su barrosa profundidad Soy un paisano serio, soy gente del remanso Valerio Que es donde el cielo remonta el vuelo en el Paraná

Tengo el color del río y su misma voz en mi canto sigo El agua mansa y su suave danza en el corazón Pero a veces oscura, va turbulenta en la ciega hondura Y se hace brillo en este cuchillo de pescador

Cristo de las redes, no nos abandones Y en los espineles déjanos tus dones

No pienses que nos perdiste, es que la pobreza nos pone tristes La sangre tensa y uno no piensa más que en morir Agua del río viejo llévate pronto este canto lejos Que está aclarando y vamos pescando para vivir

Llevo mi sombra alerta, sobre la escama del agua abierta Y en el reposo vertiginoso del espinel Sueño que alzo la proa y subo a la Luna en la canoa Y allí descanso hecha un remanso mi propia piel

Calma de mis dolores, ay, Cristo de los pescadores Dile a mi amada que está apenada esperándome Que ando pensando en ella mientras voy vadeando las estrellas Que el río está bravo y estoy cansado para volver

Cristo de las redes, no nos abandones Y en los espineles déjanos tus dones


Canciòn de Jorge Fandermole




Remanso Valerio es un pequeño paraje de pescadores a mitad de camino entre Rosario y Granadero Baigorria. Testigo privilegiado de los buques cargueros que remontan el Paraná hasta San Lorenzo, su vida es el río, su alimento los peces, puesto que las aguas del río son el camino de los marineros, asiáticos y europeos quizá, pero también el trabajo del argentino.

El Remanso, cuentan los abuelos, era protagonista de varias tragedias, aunque con el paso del tiempo los movimientos subacuáticos fueron calmando su revoltosa furia a esta altura de la cuenca.

De por si la vida del pueblo pesquero tiene sus avatares, con las dependencias climáticas y la puja por quienes comercializan a gran escala el fruto de su trabajo. Pero en este caso, obras al norte y al sur que afectaron el ecosistema, decisiones económicas que no los tienen como protagonistas, y entre esas cruces que ponen en jaque a las familias, hicieron que los vecinos se encomendasen a un Cristo Pescador que ellos mismos erigieron en piedra hace poco menos de 25 años.

El 27 de mayo de 1995 se inauguró en este paraje que parecía condenado a la desaparición un Cristo de más de mil kilogramos de piedra, 4 metros de altura, con los brazos extendidos sosteniendo en ese momento redes de la pesca, concebido a imagen de una que se conservaba en una parroquia del norte de Rosario.

Inspirado Fandermole, particularmente por esta advocación, que no representaba al Cristo crucificado, como estaba acostumbrado él a ver, sino como un par pescador, trabajador, un Cristo de las Redes, comenzó a concebir una canción que reconoce el trabajo familiar del pescador y su devoción a un Cristo que necesitan, invocan, y celebran.


"En un principio, por La oración del Remanso de Jorge Fandermole, tema es fundacional para mí. Cuando filmé "a cada lado", lo hice en el Remanso Valerio y con gente de ese barrio de pescadores. Así que la canción andaba rondando nuestra presencia en el lugar y siempre me moviliza ese grato recuerdo al oírla. Además, el río y el agua, son como una imagen constante en la que me nutro. Cuando presenté, hace años, mis primeros intentos audiovisuales, decía: "A la vera del Paraná, un persistente oleaje audiovisual se viene produciendo. Desde Rosario, tras las aguas turbias de Hugo del Carril y la inundación de Fernando Birri, deriva incontenible, buscando el mar…". Hugo Grosso (director de cine compañero de la secundaria de mi tìa Ceci. ella le compartió la canción y el respondió (Un honor)





Canté esta canción. La canté en masculino. Y mientras la cantaba, y pronunciaba mi nombre con O, y decía "soy un paisano serio" soy gente del remanso "Valerio" mi voz se quebraba y mi piel se ponía de gallina. Aparecían en mí, imágenes de río, aparecían en mi, la imagen de mi hermano, cantando esta misma canción años atrás, y yo, oyéndolo, sin poder escucharlo, aparecía la imagen de mi padre, con su enojo, e implosión, su pasión por el dibujo, los planos del yaciretà, y su garganta, apareció mi abuelo, con mirada de sangre y río, y su silencio. Volvió a aparecer mi hermano, y su mirada amorosa y su gran ímpetu en el canto, y su ser en la música, en el chamamé, en el recitado, que me hace llorar, y volvió a aparecer mi padre, y su guitarra, y su presencia constante y silenciosa también, y mi abuelo, una vez más, y su árbol, hablándome. Apareció nuevamente ese sueño, un sueño de seres en un puente, que yo pensaba que era el puente de San Francisco, pero no, es el puente del Paraná. Volvió a aparecer mi abuelo, y su piel, color de río y mi padre y su piel color de río, y mi hermano, y su piel color de río. Y yo, cantando, en masculino, les vi, les sentí, hombres bondadosos silenciosos. Y luego, apareció mi abuela, hablando constantemente, sin darse cuenta, construyendo su casa, la imagen de Ella.


4 Generaciones de sangre correntina chamamè y sapucai. Abrazo a estos hombres de mi sangre y yo soy su sangre y digo gracias. Abuelo, Padre, Hermano, Sobrino.


Y es hasta que les tengo a todos en frente, y gracias a cantar esta canción, y a la música, y a diferentes situaciones, que puedo abrazarles, e integrarles, y hablarles con la e. Y todos nos abrazamos. Y comprendemos, y sentimos compasión, e intentamos modificar nuestros hábitos, nuestras formas, perder el miedo, volver a confiar. Volver a la verdad, a la pureza, a la claridad, a la inocencia. No es fácil.

Amor, porque detrás del odio hay mucho amor, detrás de la violencia, hay mucho dolor y mucho amor, ahí escondido esta esperando a ser activado.

Este verme, reflejarme, y sentirme ellos, comprender, me acerca.


Por suerte, la vida, el camino, me cruza con seres inmensos para esta experiencia y este aprendizaje Maestros y Maestras, en todas partes, que reflejan en mi, eso aún no sanado, eso aún no integrado, eso aún, no visto, y así paso a paso voy comprendiendo como mi historia, mi entorno, me habla, y yo, como ser en este planeta, intento cada día aprender a ser más humana, aprender a amar, pero no desde la palabra, sino desde el sentir, el pensar, el hacer y ser coherente y honesta y pura. Intentar ser verdad y estar en paz con esa verdad que soy y somos. Sin miedos. Valorar cada instante y hecho, valorar y agradecer por tanta belleza y tanto amor en ese dolor que me rodea, en mi, y aprender a amar a quienes me rodean, y volver a confiar.


Y si, el me mostró esta canción, y yo no le pude comprender en su momento, pero hoy le comprendo, o al menos hago esta lectura, este aprendizaje, despierta esto, y se entrelaza a esto otro, a esto de las Aguas Ardientes. Y a esto de el masculino, el femenino, la escritura, el lenguaje, la cultura.


Muchas veces tuve que cantar en ingles porque si decía en español lo que sentía, generaría un disturbio, muchas veces también fui discriminada por cantar en ingles, es dual, es y anoche, ayer, ayer traje un libro que leía hace mucho, cuando fui presa 8 horas en un aeropuerto a los 19, llegó ella, Gloria Anzaldua, y su libro, se llama Borderlands, y aquí la síntesis:


«Este libro es un texto mestizo, tanto política como estéticamente. En él se entrecruzan autobiografía, ensayo y poesía con una escritura que desafía la linealidad narrativa y se desliza entre las lenguas que definieron las experiencias vitales de Anzaldúa: español, inglés, náhuatl, mexicano norteño, tex-mex, chicano y pachuco, para producir un nuevo discurso crítico que impide esencialismos y pretende, por el contrario, celebrar las múltiples identidades en las que se reconocen los sujetos fronterizos y que dan forma a la conciencia de la llamada Nueva Mestiza.


Masculino y el femenino, y las fronteras, el lenguaje y la palabra como forma, como código, como límite, como cultura, como una estructura, un sonido con forma. Y recomiendo este libro, pues me recuerda mucho y lo siento muy profundo. Y si, cuando lo leí me atravesó, me atravesó y ahora comprendo porque. Tiene que ver con la identidad, y las múltiples identidades y formas, y la integración, y ya no más la separación. La aceptación, y la comprensión, y ser compasivos compasivas, con nosotros y nosotras mismas, pero también con todas las personas y seres del planeta. Con las aguas que estamos destruyendo, con las personas que viven de la pesca, con todas las formas, por que todas esas formas también habitan en cada uno una de nosotras, todas las formas, también las "malas".


Mi canto es masculino. Yo soy ellos. Ellos habitan en mi. Y a ellos abrazo con amor y compasión. Y en el canto abrazo a ellos en mi. Me abrazo, nos abrazo en mucho amor. Los abrazo. Abrazo a esos hombres que hay sido maltratados, matados, violentados, silenciados, empobrecidos, denigrados, mal vistos, y quienes hay crecido con madres que por sus historias respectivas, los han maltratado. Esas madres que toman las decisiones. Y hombres que atienden en silencio.

Abrazo a mi familia, a las mujeres y hombres que acompañan este camino y aprendizaje. Gracias al Río. Nos une el Río, el Paraná. Somos Río.




Soy Valeria, remanso, remansa, mansa, paz Valerio, de río. Paz. Dulzura. Fuerza. Que se limpien todas las aguas de río y las memorias de dolor y violencia se transformen de amor y acción por el amor.

Que los espacios de quiebre se llenen de luz y se integren. Autenticidad.






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